El inicio del partido hizo soñar a los más optimistas. Alcaraz empezó a un nivel estratosférico, rompiendo el saque de Tsitsipas en sus dos primeros servicios y llevándose el set inaugural. Duró poco el subidón. El tenista griego se anotó la segunda manga e igualó el marcador. Tocaba empezar de nuevo.
El tercer set se puso con Stefanos dominando por 5-2 y con tres pelotas al saque para adelantarse 2-1. Lo fácil era rendirse. Lo que hizo Alcaraz fue no dejar de creer. El murciano se agarró al clavo ardiendo que tenía y consiguió la que será una de las mejores remontadas de toda su carrera. Parece temprano para hablar tan categóricamente, pero la hazaña lo merece. Punto a punto. Dejada a dejada. Revés a revés. Carlos le dio la vuelta a lo que se veía como un imposible.
Tsitsipas se arremangó y en el cuarto set le metió un rosco al español. Empate a dos y rumbo al definitivo. Tocaba el quinto y comenzaba sacando el griego. La épica no podía faltar y se llegó al 6-6. El tiebreak aparecía por segunda ocasión en el partido y se lo volvió a anotar el pupilo de Juan Carlos Ferrero, quien no podía ocultar su felicidad en la grada de la pista más grande del planeta. Alcaraz celebró la victoria como si se hubiera llevado la copa a casa. No era para menos. Los aficionados españoles al tenis ya le conocíamos, pero Carlos hoy le ha dicho hola al mundo.
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Víctor Valero López
Abrazo de gol 