Si eres muy futbolero quizás ya conocías esta curiosidad. A mí me la contaron en 2015 cuando fui por primera vez al entonces denominado estadio de Anoeta. Pero, si no conoces esta historia y en alguna de tus visitas a San Sebastián has escuchado el estruendo de algún cohete, que sepas que no tenía porqué ser las fiestas de ningún barrio o pueblo cercano. Si es así y fueron dos consecutivos estabas ante la celebración de un gol de la Real Sociedad, el equipo de la ciudad. Si solamente oíste un zumbido el gol había sido del equipo rival.
La tradición comenzó en 1960 en el ya desaparecido Estadio de Atotxa y duró hasta 1992, cuando el equipo se trasladó a Anoeta. La nueva casa de la Real se sitúa en el lado opuesto de la playa de la Concha. Ésta fue la razón por la cual se pensó que estando el estadio más lejos del mar se perdía el sentido de los cohetes. Sin embargo, en el año 2009 se retomó la tradición y la misma sigue vigente en la actualidad. Se trata, sin duda, de un bonito modo de vincular al equipo con su gente.
Cohetes en Guipúzcoa
Durante este periodo en el que el público no ha podido acudir al estadio, el equipo donostiarra ha llegado a un acuerdo con distintos municipios guipuzcoanos, a parte de la propia ciudad de San Sebastián, para que también lancen los txupinazos. Los pueblos que se han animado son: Andoain, Ataun, Berastegi, Hondarribia, Leaburu, Legazpi, Orio, Oiartzun, Villabona y Zarautz.
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Muchas gracias,
Víctor Valero López