‘Los Invencibles’

Se conocen como los invencibles porque nadie consiguió derrotarles en las 38 jornadas que duró aquella Premier League 2003/2004.

Arsène Wenger dejó el Arsenal después de 22 años dirigiendo el timón de la nave «Gunner». El técnico francés se fue con seis títulos bajo el brazo, pero más allá de números dejó como legado un estilo de fútbol, una idea y a un Club que instalado entre los más importantes, no sólo del país, sino del continente europeo. «Su» Arsenal enamoró a base de fútbol de toque, donde sus jugadores bailaban al son del pase y el movimiento. A continuación os traigo el recuerdo de un equipo del que me enamoré hace ya dieciocho años. Lo hice yo y probablemente también tú, quien me estarás leyendo a la vez que tu cabeza se estará llenando de recuerdos y jugadores míticos de aquel maravilloso conjunto.

Alineación tipo del Arsenal 2003 / 2004. Foto: Elaboración propia en http://www.lapizarradelmister.es

CAMPEÓN INVICTO

Si ha habido una temporada espléndida del conjunto londinense, esa fue la de la conquista de su sexto título liguero. Era la primavera del 2004 cuando la derrota del Chelsea de Abramovich ante el Newcastle de Alan Shearer dictaminó sentencia y Henry y compañía eran matemáticamente el mejor equipo de Inglaterra. Las 38 jornadas dejaron un balance de 26 victorias y 12 empates, lo que provocó que acabase invicto y con 90 puntos en su casilleo. Parece claro, pero por si acaso hago hincapié en ello: 38 partidos sin perder son una barbaridad y este dato le valió para ganarse el sobrenombre con el que se titula este artículo y por el cual también son conocidos: «Los invencibles».

Pero más allá de números aquel Arsenal pasó a la historia por el fútbol tan delicioso que practicaba. Era una armonía perfecta. Pirès y Ljungberg rompían por banda; Vieira cortaba, distribuía y llegaba; Ashley Cole desdoblaba como una flecha por la zona izquierda; Dennis Bergkamp ponía la magia, la elegancia, la pausa, la visión y cualquier calificativo que os venga a la cabeza y tenga como característica el buen gusto; y por último estaba un Thierry Henry que asomaba como uno de los mejores delanteros del mundo. De él me da vergüenza hasta hablar. Me pasaba ya un poco con el holandés, pero es que para el francés no encuentro calificativos que completen su definición. Rápido, habilidoso, con una conducción enamoradiza y golpeos sutiles que hacían imposibles las estiradas de los porteros rivales. ‘Titi’ anotó 30 tantos, pero consiguió algo más importante: ‘quedar en el recuerdo como uno de los grandes delanteros de la historia de este deporte’.

Ese Arsenal de Arsène Wenger sometía a los rivales. Lo hacía con aquellos que querían quitarle protagonismo con el balón, pero también con los «endebles» que no quería el cuero. Sus partidos eran dictatoriales y siempre se jugaba a lo que pretendían «los Gunners». Si el Arsenal quería tener la posesión, lo hacía. Si el Arsenal prefería contragolpear con arrancadas de Henry, Ljungberg o Pirès, corría. Y así siempre en cada partido. No recuerdo que les importase mucho el rivaln y tampoco a ninguno que consiguiera romper la norma.

Aquel equipo terminó con 11 puntos de ventaja sobre el Chelsea de Claudio Ranieri y con 15 más que el Manchester United de Sir Alex Ferguson. Pero si me lo permitís os voy a dar un consejo: no os quedéis con esto porque los números se olvidan. Quedaros con el recuerdo de uno de los mejores equipos de siempre. Grabad en vuestra memoria que el Asenal de los Bergkamp, Pires, Henry y compañía es un EQUIPO INOLVIDABLE.