París, Stade de France. Doce de julio de 1998. El séptimo mes del año otra vez. No hay otro que se le compare en importancia para el deporte galo. El mes del Tour y el mes de la estampa de las dos estrellitas en su elástica blue. Pero no desenfoquemos el tema principal de esta entrada de #EquiposInolvidables. Hablaba del 98, de fútbol, del Mundial que curiosamente era celebrado en la misma Francia. Se trataba de la segunda ocasión que lo hacía, tras 1938. Solamente cinco países han sido sede de una Copa del Mundo en dos ocasiones. México, Italia, Alemania y Brasil son los otros cuatro que han repetido.

Sin embargo, la primera Copa del Mundo quedaba muy atrás, sesenta años concretamente y solamente tuvo a 16 equipos participando. El formato era muy simple: eliminatorias a partido único. Es decir, comenzabas ya en octavos de final. Cuatro encuentros bastaban para alzarse con el cetro más preciado en cualquier deporte (con permiso de los JJOO).
Hablamos que los franceses doblegaron a la vecina Bélgica por tres goles a uno en su primer partido, resultado este que se repitió pero con resultado adverso ante la posteriori campeona Italia. Francia caía en casa. Eran cuartos de final. La suerte esquiva de la primera vez dio un giro de 180º en la segunda, donde volvieron a enfrentarse a Italia en cuartos. A continuación recordaremos la andadura casi perfecta del campeón.
El fútbol siempre ofrece revancha
El combinado galo realizó pleno de victorias en la fases de grupos de «su» mundial. Por aquel entonces, el partido inaugural no lo tenía porqué jugar el equipo anfitrión y fue tras el Arabia Saudí Vs Dinamarca cuando se estrenaron «Los Blues». Lo hicieron con una victoria contundente frente a Sudáfrica. Dugarry inauguró el marcador, seguido por un gol en propia portería de Issa y un tanto anotado por Henry, que supusieron el tres a cero final. El Velodrome de Marsella disfrutó de un triunfo reconfortante para impulsar a los suyos desde el incio.
Los saudíes se llevaron cuatro, en una exhibición del por entonces jugador del Arsenal. Thierry hizo un doblete . Trezeguet y Lizarazu también se estrenaron como goleadores en el torneo. Siete goles a favor y ninguno en contra ya clasificaban prácticamente a los franceses a falta de jugar contra Dinamarca. Sin embargo, el tercer partido no sirvió para relajarse y nuevamente Francia se llevó la victoria. En esta ocasión el marcador reflejó un dos a uno con goles de Djorkaeff y Petit. Michael Laudrup marcó el gol danés.
A cuartos con gol de oro
La eliminatoria de octavos de final frente a Paraguay fue sin duda uno de los partidos más complicados del torneo para los futuros campeones. La prórroga se hizo necesaria y un gol de oro Laurent Blanc supuso el júblio en las gradas del Félix Bollaert de Lens. Recuerden, los paraguayos habían pasado como segundos en el grupo de España, por detrás de Nigeria.
Primera pesadilla croata
El país balcánico ha tocado la Copa del Mundo con la yema de los dedos hasta en dos ocasiones. La última y la que más cercana estuvo de alzarse con ella fue este pasado verano, cuando llegaron a la final del Mundial de Rusia. Griezmann y los suyos se impusieron en el sueño croata y se llevaron su segundo trofeo a París.
La historia de los países balcánicos es compleja. Tras muchos enfrentamientos entre los distintos bandos que conformaban la antigua Yugoslavia, el o8 de octubre de 1991 Croacia se creó como país y no fue hasta el 15 de enero de 1992 cuando obtuvo el reconocimiento diplomático de la Comunidad Económica Europea y de la ONU. Todo esto viene para darle más mérito si cabe a lo conseguido cinco años y medio más tarde. Parece realmente impensable que un país con tan poca vida y de una población tan escasa consiguieran alcanzar unas semifinales de un Mundial. Fue Francia quien les despertó del sueño, al igual que este pasado verano.
Paseo final
El 12 de julio de 1998 quedó grabado para siempre en la historia del país vecino. Esa fue la fecha en la cual la selección francesa alzó su primera Copa del Mundo de fútbol. Para ello, los galos doblegaron a la por entonces cuatro veces campeona, Brasil. Zinedine Zidane emergió como la estrella de la final. El juventino hizo los dos primeros goles para romper el partido y darle una cómoda ventaja a los suyos. Brasil lo intentó, pero ni la expulsión de Desailly fue suficiente para despertar a los sudamericanos, que sucumbieron de un modo tan claro como inesperado. Petit puso la guinda al pastel anotando el tercero en el descuento. Los Campos Elíseos congregaron a más de un millón de personas.
En el pasado verano Francia ganó su segundo Mundial, pero ya sabemos todos que no hay nada como la primera.