’14’ Eterno Capitán. Ese fue el lema desplegado en el fondo del Estadio Metropolitano durante el último partido de liga. El capitán rojiblanco alcanzó en Copenhague la cifra de 72 partidos europeos con la camiseta atlética y consiguió superar a Raúl García como jugador que más veces ha vestido la Rojiblanca fuera de nuestras fronteras. Eso sí, aunque el navarro ya no podrá remontarle, otro compañero suyo tiene todas las papeletas de superarle más pronto que tarde. Se trata de Koke, quien se sitúa a tan sólo un encuentro y cuya edad es mucho menor que la de su compañero.
Gabriel Fernández ha tenido una dura batalla para alcanzar la gloria con el equipo del que está enamorado. Salido de la Academia colchonera, el centrocampista tuvo que dejar hasta en dos ocasiones la disciplina atlética para regresar y hacer historia en el lugar que ama. Primero fue durante la temporada 2004/2005. Lo hizo en calidad de cedido, defendiendo la camiseta del Getafe. En el equipo del sur de la comunidad de Madrid disputó 32 partidos en la máxima categoría, donde anotó dos goles. La experiencia adquirida y el alto número de minutos disputados hicieron que se ganara la oportunidad de demostrar en casa lo aprendido fuera. Comenzaba así la segunda etapa de Gabi como jugador del Atlético. Ésta duró dos temporadas. En la inicial tuvo un mayor protagonismo, pero durante la segunda no llegó a disputar ni 900 minutos, lo que provocó su salida rumbo al Real Zaragoza. Lo hizo gratis, pues finalizaba contrato, pero incluyendo una cláusula en la cual se establecía que si el Atleti quería su regreso pudiera comprarle a un precio modélico.

La experiencia maña no comenzó nada bien, ya que al final de curso los zaragocistas perdieron la categoría. El conjunto de la ribera del Ebro regresó a La Liga un año después y el mediocentro fue pieza clave. Tres temporadas más siendo de lo más destacado del cuadro aragonés sirvieron para que el Atlético le repescara a cambio de tres millones de euros. Era verano del 2011, justo unos pocos meses antes de la llegada del hombre que cambiaría la vida de la entidad madrileña.
Desde entonces hasta la actualidad hay poco que decir. Se ha ganado a pulso ser considerado una leyenda del Club. Capitaneó el Atlético campeón de Liga y es un constante ejemplo de derrochar coraje y corazón. Sus robos, su presión en campo contrario y su contagio hacia el resto de sus compañeros no serán fácil de olvidar el día que se retire. A pesar de no igualar las quince dianas que anotó en sus cuatro años como zaragocista, Gabi se ganó a la grada del Calderón con otras virtudes que gustan tanto o más que el gol. Es la extensión de la gente sobre el terreno de juego. Es el corazón de cada uno de los aficionados atléticos latiendo como si la vida fuera en esto. Don Gabriel Fernández es y será para siempre, el ETERNO CAPITÁN.