Con ilusión, optimismo y soñando con el milagro llegábamos al aeropuerto Adólfo Suárez de Madrid más de una centena de indios. El vuelo FR2683 salía rumbo a la capital inglesa con dos tercios de su embarcación equipados con la camiseta rojiblanca. Muchos de ellos pasarían allí el día del partido y el siguiente. Otros, como mi amiga Noelia, únicamente pisaron suelo londinense durante la franja horaria necesaria para aterrizar, ir a Stamford Bridge, estar allí tres horas dejándose la garganta y despegar en sentido contrario al que llegaron. Por último estaban los más afortunados, aquellos que cogieron puente y pudieron alargar su estancia para disfrutar de todo el ocio que ofrece esta magnífica ciudad.
Tan gris como masificada, Londres le regala al turista otros placeres para contrarrestar sus puntos negativos y hacer de la experiencia un viaje inolvidable. Sea como fuere, viajar a ver a los tuyos lo considero toda una muestra de amor a unos colores, y más si cabe en el caso de los primeros «afortunados». Mucho dinero para una experiencia breve y con claras posibilidades de resultado indeseado. El Atleti no dependía de sí mismo y la hazaña se antojaba francamente difícil. Sin embargo, la razón para estar ahí es muy sencilla de argumentar para el aficionado colchonero: hay que estar con el equipo tanto en las buenas como en las malas.
Desde que visité la capital inglesa en Navidad siempre lo he tenido claro a la hora de recomendar al que me pregunta. Si tienes pensado ir a Londres, elige alguna de las fechas que abarca el periodo de adviento. Donde tanto vas a gastar, merece la pena pagar un poco más y disfrutar de la iluminación propia de la época en Piccadilly Circus, Trafalgar y Leicester Square u Oxford Road. Además cuando vayas a la Abadía de Westminster y te acerques a la altura del Big Ben podrás asomarte al puente y tener una panorámica chulísima con el London Eye iluminado y reflejado sobre el agua del río Támesis. Pasar la tarde en el centro comercial de Harrods, que lo adornan con infinitas luces, es una maravilla para la vista, pero poco más. Los precios son prohibitivos. Fuera, a apenas cinco minutos a pie podrás pasear por Hyde Park. Allí montan el «Winter Wonderland«, un parque de atracciones navideño donde si vas con niños harán de él su lugar favorito de la ciudad. Se trata de una feria llena de atracciones. Hay una pista de patinaje sobre hielo, puestos que ofrecen productos típicos de la época del año y tienes la posibilidad de ver los espectáculos que se llevan a cabo a lo largo del día. La entrada es totalmente gratuita y aunque habrá que pagar para montar en las atracciones, el disfrute de las actuaciones es «for free». ¡Gratis!
¿Qué más debo de ver en Londres?
Estamos ante una ciudad de 8,7 millones de habitantes donde vive gente llegada desde todos los lugares del mundo. La diversidad y mezcla de culturas es una de las principales características de Londres, lo que le da un toque atractivo e interesante.
Además uno no puede irse sin visitar los barrios de Chinatown, donde te transportas a oriente, recorrer Notting Hill y Covern Garden, pasear por el céntrico Sohoo vislumbrar aunque sea a lo lejos, los edificios del distrito de Canary Wharf.
Pero si hay algo que tienes que hacer sí o sí cuando visitas Londres, es ir a dar una vuelta por Camden Town, visitar la National Gallery y gastar al menos medio día recorriendo el British Museum. El primero es un barrio conocido por el famoso mercado que tiene, siendo este de lo más variopinto. Estamos sin duda en un lugar que me gusta mucho y al que siempre voy a comer al menos una vez cuando me encuentro cerca. Los otros dos son museos. Uno como su propio nombre indica muestra arte, cuadros y pinturas de valor incalculable. Solamente aunque sea por curiosidad debéis de pasar. Se sitúa en la céntrica Trafalgar Square. El Museo Británico es espectacular. En él están reliquias de Egipto, Mesopotamia o Grecia entre otras culturas. No te puedes marchar sin ver las momias o la Piedra Rosetta, gracias a la cual los jeroglíficos egipcios dejaron de ser inteligibles.
Viajar, viajar, viajar y volver a viajar
Respecto al partido pues ya sabeis, empate con sabor amargo. «Sacar tajada» de un feudo tan súmamente difícil sería un resultado más que aceptable en cualquier otra situación, pero ni la victoria hubiera servidodebido a que la Roma hizo los deberes y el conjunto español no dependía de sí mismo. La pena es decir adiós a una competición a la que le queremos declarar amor eterno, pero se niega a entrar para siempre en nuestros corazones.
A mí me gusta ver el vaso medio lleno y aunque parezca un consuelo de perdedores, yo desde ese mismo instante comencé a ilusionarme con tratar de conquistar otra Europa League para poder seguir contando historias en nuevos destinos europeos. Estoy de acuerdo con nuestro capitán y cuando hoy no vi el nombre del Atleti en el sorteo de Champions, la antigua Copa de la UEFA me pareció una mierda. Sin embargo los atléticos le debemos mucho a esta competición y hoy, precisamente hoy hemos conocido el que será nuestro próximo destino: ¡Copenhague! Otra ciudad del norte europeo, que precisamente no es tampoco barata pero la cual no conozco, así que ya hay una buena excusa para tratar de conseguir ahí unos diítas de vacaciones.
¡Nos vemos en Dinamarca!
Un abrazo,
@Vicvalo