«Meterse en política es un marrón» declaró Gerard Piqué en una de las veintiséis preguntas que contestó durante la rueda de prensa concedida para intentar calmar los ánimos de todo aquello que rodeaba a la concentración de la selección española. No lo pudo decir ni más alto ni más claro: «Diálogo, lo que hace falta es diálogo y respeto por el que tenga un punto de vista diferente al tuyo». El hecho de que Piqué pida el voto no le hace ser mala persona, ni anti español, ni significa que nos odie. Pensar eso es un error tremendo. Piqué simplemente pidió que se votara porque cree que es lo más justo. Y sí, claro que sabe que se trata de algo ilegal, pero es que durante toda la historia de la humanidad ha habido rebeliones, gracias a las cuales mucha gente terminó de abrir los ojos. Esto no quiere decir que los catalanes tengan que votar sí o sí, o que no se les deje votar de ninguna de las maneras. No, no estoy opinando de ello. Esto es mucho más que eso. La cuestión es escuchar al pueblo y actuar en consecuencia. Hacer el ejercicio de empatizar y llevarnos el caso al terreno personal. Yo estoy convencido de que si viera a los conquenses en tal situación haría lo mismo que Piqué. Amo a mi Tierra y quiero lo mejor para ella, por lo que si Cuenca fuera un constante hervidero en el que creciera la división entre sus ciudadanos trataría de encontrar una solución.
La vida está llena de osbtáculos, de gente que te zancadillea por detrás, de falsedades y apuñalamientos traperos como para no valorar a las personas que dan la cara. Estamos rodeados de individuos a los que se les llena la boca prometiéndote cosas que no van a cumplir, por el simple hecho de aparentar importancia. «Amigos». El día a día te presenta seres «humanos» con doble cara, con una apariencia contigo y otra cuando tú no estás. Es tan triste como real y sin embargo, cuando tenemos delante a alguien que va de frente y no se esconde nos parece mal que diga lo que piensa. ¡Increíble! ¡Pero qué complicado es el ser humano! A veces es imposible acertar.
Lo de cierta parte de la prensa es cosa aparte. El periodismo en general y el deportivo en particular, sueña con entrevistar a personajes que dejen titulares. El objetivo del entrevistador es sacarle la mejor frase al entrevistado. Esto no es fácil y el mundo de la comunicación añora protagonistas abiertos y que den juego. La tónica de personajes planos, de los que no se mojan, de los políticamente correctos aburre. Aburre porque son varias las ocasiones en las que el espectador podría dar una respuesta similar a la que va a escuchar por parte del entrevistado. Entrevistador: «¿Se imagina ya un Atleti con Vitolo y Diego Costa?». Simeone: «FC Barcelona» (es el siguiente rival del Atlético). ¿Alguien dudaba de la contestación? Pocos. Gerard Piqué es de todo menos previsible, y ahora que los periodistas tienen delante a un tipo que contesta más preguntas políticas que cualquiera de los políticos de este país parece que está mal visto que hable más de lo normal.
Muchísimas veces en desacuerdo, otras muchas de acuerdo con Gerard. En ocasiones pienso que se le ha ido la olla y en otras tantas comparto sus palabras al cien por cien, sintiendo que dice las verdades tan claras que a los señalados les duele. Sin embargo, cada día estoy más convencido de que Gerard quizá se ha mojado demasiado y ahora tiene un marrón. El central de la Roja sueña con ser algún día el presidente del FC Barcelona y sabe que con ciertas declaraciones gana adeptos para el futuro, por lo que antepone esto a las posibles críticas.
«Mis hijos son libaneses, colombianos, catalanes y españoles» declaró el internacional español.
Me resultó muy curioso los azotes recibidos por Gerard después de declarar que no iba a contestar si era o no era independentista porque no quería perder seguidores. ¿Es que esta postura es incoherente?. Un tipo que tiene negocios, que gana mucho dinero en anuncios publicitarios y que tiene aspiraciones presidenciales no puede suicidarse, metafóricamente hablando, por contestar una pregunta. Una respuesta que como bien dijo es la pregunta del millón y cuya contratación es un capricho popular cargado de morbo. ¿Por qué tiene que decirnos al resto algo que es SECRETO? ¿Acaso se le ha preguntado el voto a los hermanos Gasol? (Quienes también defienden el referendum). ¿Y a Rafael Nadal? (Quien declaró estar en contra de la votación). ¿Tú vas pregonando tu voto? El periodista que hizo tal pregunta, ¿tendría el mismo valor de cuestionarle el voto al profesor de sus hijos o al panadero de su barrio? Y tú, ¿también te indigna que Piqué no te diga si es o no es independentista? ¿Te has parado a pensar que no tiene porqué hacerlo?
Piqué, Guardiola y el FC Barcelona: las diferencias
Mientras Gerard Piqué jamás se ha declarado independentista, o al menos no lo ha hecho en público, Pep Guardiola no solamente lo ha manifestado, sino que se abrió ante la gente una vez había dejado la selección española de fútbol. No tuvo la valentía de hablar mientras capitaneaba al equipo del país. Después sí, fuera, cuando no tiene que dar la cara ante los compañeros en cada concentración, cuando no va ir a una rueda de prensa repleta de medios de comunicación. Desde Múnich, desde Mánchester, lejos de la prensa española para no estar ante preguntas comprometidas. La cobardía precisamente no ha sido un adjetivo que podamos relacionar a Gerard. Él siempre ha dicho lo que piensa, cosa que a veces le ha pasado demasiada factura. Muchos «aficionados» de la selección han olvidado que cuando un futbolista viste la «Roja» no existe otra camiseta. Pitar a un jugador mientras defiende tus intereses por el mero hecho de pertenecer a tu rival es tan triste como equívoco. Sí, sí, equívoco.
Volvamos al principio, Gerard Piqué se equivoca. Se equivoca muchas veces. Se equivoca porque habla, se equivoca porque es humano y se equivoca porque equivocarse es lo más normal del mundo. Todos lo hacemos. Los que le pitan también se están equivocando. ¿O pitar a los tuyos está bien? ¿Y los que llevan la bandera de España al estadio de su equipo única y exclusivamente cuando van equipos vascos y catalanes qué? ¿Éstos no se están equivocando? Y lo digo yo, que llevo toda la vida paseando banderas de España pintadas con los nombres de «Hontecillas» y de «Cuenca». Pero lo hago siempre. Ante el FC Barcelona, ante el Alavés, ante el Athletic, contra el Betis, frente al Córdoba o ante el rival que sea. Lo hago porque me siento orgulloso de ser de de donde soy y me igual quien haya enfrente. Y me da tan igual como igual me da que un vasco lleva la ikurriña o un catalán la senyera, porque las raíces de uno es algo bonito y de lo que se puede presumir. Lo que no veo normal es llevar la bandera solamente «a veces», o sólo «contra algunos»equipos. Para mí esto es una provocación, como veo provocación los símbolos anticonstitucionales en estadios catalanes. Cuando se falta el respeto o se hace algo para fastidiar a otro no le veo el sentido.
Decenas de compañeros y tres seleccionadores diferentes desde que Gerard debutó como internacional. Ni uno, absolutamente ni uno ha dudado de su profesionalidad. Si echamos la vista atrás y refrescamos memoria, Piqué fue probablemente lo poco destacado en una Eurocopa 2016, en la que dijimos adiós por la puerta de atrás. ¿Se deja o no se deja todo con y por España? Si en este punto dudáis amigos creo que tenéis un problema.
Por último está el FC Barcelona. El caso de la entidad catalana es justo todo lo contrario que el de su central. Piqué puede emitir todo tipo de juicios, ya que aunque estos sean más o menos acertados, son opiniones personales, por lo que habla de uno mismo. Sin embargo, lo del club azulgrana es más que preocupante. Evidentemente que es más que un club y todos los catalanes así lo ven. Tomando esto como indiscutible y sin juzgar si ello está bien o mal, Bartomeu y compañía deberían de pensar que dentro del pueblo catalán hay dos mentalidades, independentistas y no independentistas, por lo que posiscionarse es dejar de lado a tu otra mitad. Grave error. Si además esto lo extrapolamos al resto de barcelonistas que no viven en Cataluña, la falta de respeto a sus seguidores es más que evidente. Los clubes de fútbol, así como cualquier institución deportiva, cuando menos politizadas estén mejor, aunque para mi disgusto la tendencia sea la contraria.
¿Debería de jugar el FC Barcelona la liga si se independizara Cataluña?
Me preocupa muchísimo el tema de Cataluña. No lo sabéis bien cuanto. Deseo con todas mis fuerzas que se queden en España y trataré de luchar por ello aportando todo lo que pueda para unir y no desunir. Cometí un error al que a posteriori le di muchas vueltas en mi cabeza. Algo aparentemente tan cotidiano como el mero hecho de compartir un mensaje me hizo pensar mucho. El mismo decía básicamente que si Cataluña consigue la secesión, el FC Barcelona y el resto de equipos catalanes no deberían de jugar nuestra liga. Depsués de hablar con una amiga, me hizo ver mi fallo, puesto que ello iba contaminado de odio y me di cuenta de que no estaba siendo fiel a mi deseo de no fomentar el mismo.
Estoy harto de unir banderas a ideales inamovibles porque es tan triste como injusto. Me siento tan español como el que más y no soy menos español por escribir todo esto. No. Que nadie se precipite en juzgarme equivocadamente. Mi opinión sobre el problema general de este tema es algo que me quedo para mí y para los míos. Podría ponerla aquí, puesto que yo, al revés que Piqué, no voy a perder seguidores, pero tanto Gerard como yo tenemos un derecho por ser españoles y este no es otro que la privacidad de nuestro voto, así que señores, no quieran saber lo que no pueden. Menos morbo y más preocupación por unir que por desunir. Este es el único consejo que me permito daros: el problema no es sólo de los catalanes y los culpables creo que hemos sido todos. Hemos despertado tarde, aunque aun sueño con una pequeña esperanza.
¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME UNA VEZ MÁS!
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Víctor Valero López