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El Madrid aprende, el Barça recae y Simeone quiere de nuevo una medular fuerte

Un equipo de fútbol triunfador necesita de la aportación de todos sus jugadores para obtener la victoria. Ganar es el resultado de la suma de las buenas actuaciones del conjunto y si esto no ocurriera sería imposible conseguir el éxito. Pero, dejando por sentado que todas las líneas de un dibujo táctico son imprescindibles, hay una de ellas que influye más en juego. Efectivamente estoy haciendo mención al centro del campo. Si tú me estás leyendo y has sido centrocampista estarás completamente de acuerdo. Si por el contrario ocupaste una posición diferente, quizá seas algo escéptico con este post. Coincidas o no con esta percepción te invito a seguir leyendo hasta el final y a dejar tu opinión al respecto. 

Es evidente que para optar a conquistar títulos necesitas de jugadores determinantes. Nadie va a discutir que el FC Barcelona no habría ganado sus dos tripletes sin tener a dos de los mejores tridentes ofensivos de la historia del fútbol. Tampoco habrá quien dude de que los goles de Cristiano Ronaldo han sido decisivos para los triunfos del Real Madrid. Cuando Diego Pablo Simeone anda «obsesionado» con el regreso de Diego Costa al Atlético, la causa no es otra que la añoranza de aquel guerrero que convertía un melón en una ocasión de gol, peleando contra tantos adversarios como se pusieran por delante. No, evidentemente no voy a colocar a los medios como futbolistas que decidan los partidos desde el gol. Sin embargo, si que observo y cada día tengo más claro que es en esa parcela donde se dominan los partidos y la que da identidad a los equipos. El conjunto que tiene la línea medular más fuerte es el que suele imponer el ritmo de juego que le interesa.

¿Recuerdan la España campeona de todo? Dominaba los noventa minutos y llevaba los partidos hasta el punto de incluso hacerlos aburridos de cara al espectador. Tocaba y tocaba hasta aburrir al rival, que se desesperaba de correr detrás de la bola. Se jugaba a lo que querían Xavi y compañía y eran ellos los que determinaban cuando acelerar para crear la ocasión de golParecido pero diferente era el FC Barcelona de Pep Guardiola. Su equipo jugaba al son de los internacionales españoles, pero a ellos se les unía Leo Messi y generaban una superioridad a la que quitarle el balón era misión prácticamente imposible. Era el astro argentino el que hacía la diferencia entre la Roja y los blaugranas, debido al extraordinario cambio de ritmo con el que «La Pulga» es capaz de hilar una jugada. El combinado nacional no tenía arriba la determinación que le sobraba a los azulgrana con Eto’o, Henry y Leo. Es por ello que la España de Vicente del Bosque llegaba a veces incluso a abusar en exceso de la posesión de la pelota hasta encontrar el momento adecuado. Y dije la del Marqués porque con el Sabio el juego español era algo más rápido y divertido. Luis Aragonés partía con Torres y Villa arriba mientras Vicente del Bosque llegó incluso a jugar con Fábregas de falso nueve, aumentando así a seis los centrocampistas. 

Si el Barcelona tuvo la sartén por el mango y marcó una época, hoy en día el Real Madrid le tomó la receta y se ha creado un equipazo muy equilibrado a base de sentido común. Los merengues estuvieron en tierra de nadie durante varias temporadas. Fichajes en puestos que ya tenían dueño provocaban alineaciones desequilibradas y consecuentemente desbarajustes tácticos. Galáctico tras galáctico el puzzle tenía piezas repetidas en lugar de todas las piezas. Actualmente esto ha cambiado. Mientras el Barça no supo reinventarse ante el lógico declive de Xavi o Iniesta debido a la edad, el cuadro de Chamartín sí que anduvo inteligente a la hora de acudir al mercado. Es cierto que en «Can Barça» se acertó con firmar a Rakitic, aunque dio la sensación que se hizo más por ser el jugador de moda que se salía en Sevilla que por iniciativa propia de la directiva culé. El primer año del croata fue bueno y llegó incluso a anotar un tanto decisivo en la final de la Liga de Campeones ante la Juventus de Turín. A ello le acompañó que Iniesta tuvo su último gran curso. Sin embargo el rendimiento del croata en las temporadas posteriores y las adquisiciones en los siguientes mercados de fichajes fueron desacertadas. Ni Arda, ni la vuelta de Rafinha, ni el desmesurado precio pagado por Andre Gomes respondieron a las expectativas y a la «MSN» no le llegan balones con la asiduidad de antaño. El juego vistoso y dominante ya no es tan costumbre en el Nou Camp. Habrá que ver si lo que traen es más parecido a lo que triunfó (Verrati) o llega un perfil más musculado (Paulinho). 

Por su parte, en la casa blanca se empezaba a ver a un Luka Modric que iba creciendo en su etapa como madridista y a él le sumaron a un Toni Kroos que le complementaba a la perfección. Además, el ex del Bayern salió muy barato para los precios que se manejan actualmente en el mercado por futbolistas de su calibre. Mientras el alemán aporta más juego táctico y su precisión para poner el balón parado es excelente, el croata se dedica a romper líneas con conducciones de balón al alcance de muy pocos. A ellos le siguieron Casemiro,  que era un perfil de jugador tan olvidado en las oficinas del Bernabéu como necesario para la parcela destructiva, Isco,  Kovacic y  James Rodríguez. Por si no fuera suficiente este verano llegan Llorente y Ceballos. Si bien es verdad que todo ello han sido aciertos, no es menos cierto que Zinedine Zidane ha tenido «la fortuna» de que a mediados del año pasado se lesionó Gareth Bale. Parece contraproducente asociar la suerte a una lesión, pero en este caso la explicación no deja lugar a la duda. La baja del galés «obligó» al entrenador madridista a tirar más de un Isco Alarcón que pedía la titularidad a gritos, a lo que su entrenador hacía oídos sordos al no reunir el valor de quitar a un miembro de la delantera. Las consecuencias quedaron a la vista y con el malagueño sobre el césped el juego madridista pasó a ser más dominador sobre el rival y a su vez más equilibrado, favoreciendo una recuperación de balón más adelantada y unas posesiones más largas. La salida del Real Madrid en la segunda mitad de la final de la Liga de Campeones es el ejemplo perfecto en el que se pudo observar como desde la medular se dio un paso al frente y se comieron al rival.

Es aquí, cuando llega la pregunta a la cual no consigo darle respuesta. ¿Cómo ha podido hacerlo tan sumamente mal la secretaría técnica azulgrana? ¿Cómo se le han podido escapar jugones como Isco o Ceballos a un precio tan barato cuando se pagan burradas por futbolistas que apenas acaban de aparecer en el panorama futbolístico? Ficharon a Arda Turan en un claro movimiento electoral, a sabiendas que el turco tenía características que podrían encajar pero no era el jugador propicio para la necesidad que tenía el equipo. El estilo dominador en los culés requería más de un perfil de medio repartidor de juego que de un interior que protegiera bien la pelota y que no suele jugar al primer toque. El genio de Bayrampasa pudo lucir sus mejores cualidades a la orilla del Manzanares porque al equipo le venía bien cuando el otomano «sacaba el culo a pasear» para proteger la pelota y que sus compañeros saliesen. Por el contrario, en un estilo de toque y movimiento como es el del Barcelona, las paradas de pelota por parte de Arda Turan no son del todo provechosas, siendo incluso perjudiciales por ralentizar un juego que precisa la velocidad del balón.

Control del partido sin balón

Llevar la manija de los partidos no es únicamente dominar el juego con el esférico de por medio. Decidir cómo quieres que se juegue puede hacerse sin balón. El Atlético campeón de liga es un claro ejemplo de cómo se puede dominar los ritmos de juego sin controlar la posesión. Basado en un fútbol de transiciones rápidas y de ganar segundas jugadas, los Gabi, Tiago, Arda y Koke manejaban los espacios a su antojo y leían muy bien cuando les interesaba achicar espacios, replegar o ir a la presión. En las distintas fases de un encuentro veías a un Atleti con presión alta o un equipo ordenado atrás para robar y salir rápido. Es otro modo de mandar en un partido y Simeone supo enseñarle a sus pupilos a manejar los tiempos desde esta perspectiva. Desde la llegada del Cholo los rojiblancos han sido un ejemplo de dominador sin balón y para muchos entrenadores los rojiblancos son el modelo a seguir. 


El Cholo lo ha dejado claro por activa y por pasiva, las bajas de Tiago y Augusto han resultado claves. La ausencia de ambos futbolistas ha mermado mucho un centro del campo que ha quedado cojo. Simeone piensa en Koke y Saúl como medios acompañando o bien a Gabi o bien a Augusto y ahí es donde entra en escena Vitolo. El técnico argentino le quiere a toda costa pues ve en el jugador canario un perfil trabajador y que le puede aportar al equipo empaque en la media. En el link anterior viene explicado todo más ampliamente.

Hoy en día podríamos afirmar que el Real Madrid reúne características de ambos estilos y eso le ha hecho ser más completo que antes. El conjunto madridista tiene momentos de dominio de balón en los que hace suya la posesión y otros en los que le interesa más ceder la pelota al oponente y jugar a robar y contragolpear, favoreciendo la velocidad de sus jugadores ofensivos. La amplitud de plantilla y sobre todo la variedad hacen que los merengues puedan seleccionar alternativas para darle distintos enfoques a los planteamientos. Simeone sabe que cada día los rivales le conocen más y lo que busca es eso mismo, firmar a Costa y Vitolo para poder tener variantes. Con el canario en la plantilla podría optar por extremos como Carrasco y Vitolo o interiores como Saúl y Koke, pudiendo incluso mezclar ambos perfiles. 

Queda mucho verano así que ¡a esperar!

 

Por Víctor Valero López

Optimista y luchador. Seguro de mí mismo. Sé que un día lograré acabar donde quiero. No es prepotencia sino mi objetivo. Sin sueños la vida no tendría mucho sentido.
Doy todo para no defraudar a quien confía en mí.

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